miércoles, 1 de octubre de 2008

EL ABUELO VICTORIN


De nuevo en la sala de los Mendía. Ha venido de visita el abuelo paterno,Víctor, Vitorin en su juventud. Hombre de buen porte, seguro de sus convicciones, rayando lo altanero, luce una visible cojera, disimulada con su gran elegancia. Se encuentra en la sala con Lorena y Albertín.

Abuelo.- ¿ Cómo fueron las notas Albertín?

Albertín.- Creo que esta vez me compran la “bici” nueva.

Abuelo.- Eso es buena señal. ¿ Qué sacaste en matemáticas?

Albertín.- Un seis.

Abuelo.- Hay que superarlo

Lorena.- Abuelo, siempre das más importancia a las asignaturas de ciencias que a las de letras.Nunca preguntas por las notas en historia, por ejemplo.

Abuelo.- De la historia no vives, aunque siempre es interesante.

Lorena.- Nos encargaron un trabajo en la facultad sobre la evolución de la sociedad en la primera mitad del siglo XX. Tenemos que entrevistar a personas para que nos cuenten sus experiencias.

Abuelo.- Yo te puedo ayudar. ¿ Valgo?

Lorena.- Perfectamente.

Abuelo.- Dime por dónde empiezo.

Lorena.- Por ejemplo los tiempos de la guerra civil. Cómo era la supervivencia.

Abuelo.- Teníamos suerte de tener casa en la aldea. Eso nos proporcionaba alimentos y también nos permitía permanecer ajenos a los ajetreos de la ciudad.

Lorena.- Más adelante fuiste al frente.

Abuelo.- Fui a luchar por unos ideales, contra el fascismo. Me hirieron en la pierna, de ahí la cojera, y tuve que regresar.

Lorena.- Es de película.

Abuelo.- Pero esas situaciones solo se deberían vivir en el cine.

Lorena.- ¿ Y luego?

Abuelo.- Seguí colaborando con la causa desde casa y comencé a trabajar en la fábrica.

Lorena.- Te ayudó tu hermano que era el gerente.

Abuelo.- Hice una prueba para trabajar, a escondidas de mi hermano, que superé satisfactoriamente. No quería ser el hermano de...

Lorena.- ¿Y al final de la guerra?

Abuelo.- Los vencedores vinieron a fusilarme.

Lorena.- Pensaste que todo se acababa.

Abuelo.- En ningún momento tuve miedo, solo la satisfacción de dar la vida por una causa justa.

Lorena.- ¿ Cómo te salvaste?

Abuelo.- Muchos vecinos vinieron en mi ayuda; no olvidaban cómo me había portado con ellos y convencieron a la Guardia Civil para que no dispararan.

Lorena.- Abuelo , es una historia llena de ideales, valentía, coraje,... ¡ Cuando lo lea mi profesor!

Abuelo.- Todos esos valores me salvaron.

Lorena.- ¿ Y los tiempos de posguerra?

Abuelo.- Muy duros. Nunca renuncié a mis principios, lo que me ocasionó enemistades y problemas. En el trabajo estuve sin ascender más tiempo del debido , por rencores políticos.

Lorena.- Me has dado material de sobra.

Abuelo.- Es hora de irme. Ya me enseñarás el trabajo.

Lorena.- Espero que me cuentes más historias.
Abuelo.- Seguro.(Entra Monse).

Monse.- ¿ El abuelo?

Lorena.- Ya marchó. Me ayudó con el trabajo que tengo que presentar en la facultad.

Monse.- ¿ En que te puede ayudar si está completamente obsoleto?

Lorena.- ¡ No digas eso! Es casi un héroe.

Monse.- ¿ Estás delirando?

Lorena.- ¿ Cómo eres tan insensible que no reconoces todo lo que pasó?

Monse.- ¡ Ah, ya sé! Te contó lo del frente,el tiro en la pierna, cuando lo iban a fusilar,...

Lorena.- Sí.

Monse.- Yo te voy a contar otra historia para tu trabajo. Nunca estuvo en el frente. Cuando lo vinieron a buscar para incorporarse , estuvo escondido. Al principio si podía tener inclinación por los republicanos, pero nunca se significó, sobre todo al intuir peligro. Durante la guerra trabajó en la fábrica gracias a su hermano, que tenía mando, porque él apenas reunía méritos.

Lorena.- Pero, más adelante , ascendió pese a sus ideas.

Monse.- ¿ Qué ideas? ¡Como no sean las del buen vivir! Ascendió, también, por la intervención de su hermano , en otro caso, hubiese servido cafés hasta la jubilación. Había otros con más merecimientos y se quedaron en el camino.

Lorena.- Mamá, me estás destrozando un mito.

Monse.- Sólo es la verdad.

Lorena.- Ayudó al bando republicano.

Monse.- En eso no temintió.Hacía de chófer para un capitán,limpiaba sus botas y también su retrete.

Lorena.- ¿ Y la metralla en la pierna?

Monse.- Cierto es que está cojo. Pero se debe a una gran cogorza : cayó desde una terraza mientras hacía equilibrismo y rompió la pierna. Lo operó el médico del pueblo, compañero de juergas, que siempre estaba ebrio y así quedó.

Lorena.- ¿ Y el supuesto fusilamiento?

Monse.- Como en muchos pueblos, al final de la guerra hubo denuncias. La gente permanecía en sus casas con miedo. Y tampoco sentía la necesidad de salvar a tu abuelo por sus ideales. Fue el dueño de la fábrica , Don Alfredo, destacado militante falangista,quien intercedió;eran muy amigos, tanto que durante muchos años se reunían un grupo todos los miércoles para cenar copiosamente; eran tiempos de escasez para todos, menos para esa cuadrilla.

Lorena-. Pasé de la admiración al desencanto en cinco minutos. Adios al héroe Mendia.

Monse.- Es la verdad.

Lorena.- Pensándolo bien , ¡mejor hago el trabajo sobre Abbott & Costello!










2 comentarios:

Nino dijo...

Estimado Sr.Agustín:
Ya veo que ha tenido usted a bien dar por buena la versión que el malbicho de mi nuera Monse, tiene de mi gloioso pasado antifascista. Le ruego encarecidamente que desoiga sus memorias descerebradas… ¡Ella ha echado a perder a mi hijo Faustino, y quiere hacer lo mismo con mis nietos! Su regusto burgués los está desvirtuando.
Le propondría vernos para tratar el tema en profundidad, pero esta tarde tengo partida en el Club hípico, y me marcho con mi compañera a un SPA termal.
Ya sabe, un estudio de campo para ver cómo funcionan los oligarcas.

Camarada Fidel… ¡Resiste!

Vick

Nacho dijo...

Pobre güelin, tratando que su vida pasada sin ninguna anecdota, digna de mención tuviera algún sentido y !!zas!!
llega la mala pecora de la nuera y rompe en un plis toda la ilusión de Lorena por realizar un buen trabajo con una historia extraordinaria de su abuelo.
!!!!Hay que ver que malas son algunas muyeronas!!!!!